Apretarlos o no hacerlo, esa es la cuestión...
Imaginá esta situación. Es tu gran día. Tu primera cita, una fiesta importante, una entrevista de trabajo que siempre soñaste… Salís de bañarte y te acercás al espejo para comenzar tu rutina de belleza y cuando te mirás, hay algo que no estaba ahí antes. Hay algo nuevo en tu rostro que te llama la atención…enorme, colorado, a punto de estallar. Tu peor pesadilla en este día tan especial. Justo en el medio de la frente, o peor aún, en la punta de la nariz…
¿Tu primera reacción? Apretar este indeseado enemigo hasta vencerlo. Sin embargo, los dermatólogos te han repetido una y otra vez: ¡manos fuera de tu rostro!. Sin embargo, todos nos preguntamos continuamente ¿qué hay de malo en esta gran satisfacción?. Para sacarnos la duda consultamos al dermatólogo experto Dr. Philippe Beaulie que nos reveló grandes verdades sobre el tema.
“Siempre recomiendo a mis pacientes que se resistan al deseo de apretarse los granitos. Pareciera ser la solución más rápida y fácil para acabar con el problema, pero en realidad es muy probable que lo empeore."
Pero… ¿cuál es la explicación? Cuando uno se aprieta un granito está literalmente lastimándose la piel, dañando al folículo piloso, infectándolo y aumentando la inflamación. Esto es lo que más temen los dermatólogos porque la intensa inflamación crea las tan odiadas cicatrices y marcas de acné. También se puede propagar la infección original en zonas vecinas, (a falta de un enemigo, te encontrás la próxima mañana con un ejército completo) o incluso introducir una infección con las uñas.
“Mito: apretar este enemigo, acaba el problema por completo. Verdad: apretar los granitos es un hábito dañino y, en todos los casos, es mejor evitarlo.”
Confiamos en su palabra. Un poco de fuerza de voluntad y paciencia, nunca vienen mal. Recordá que tenés todo un arsenal de aliados que combaten el acné en tu farmacia más cercana, y así poder tomar cartas en el asunto…
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